¿Tiene futuro el enfoque LEADER?
¿Tiene futuro el enfoque LEADER?
La Fundación de Estudios Rurales y la organización profesional agraria UPA han editado el Informe Anual de la Agricultura Familiar en España 2017. Este documento responde al principal objetivo de la Fundación de impulsar el estudio y el debate de todos los aspectos culturales, económicos, sociales y políticos que incidan en el desarrollo del espacio rural.
En primer lugar se pretende dar una actualización de la evolución de la actividad agrícola y ganadera de España, que puede servir de base estadística para posteriores trabajos. Y por otro lado, dicho informe pretende ser un banco de ideas que intenta aglutinar a todos los actores que intervienen en la cadena agroalimentaria y en la conformación del espacio rural en España, en Europa y en el mundo.
En este ámbito, José Luis Peralta Pascua, Jefe del Servicio Técnico. Subdirección General de Programación y Coordinación de la Dirección General de Desarrollo Rural y Políticas Forestales del MAGRAMA, publica el análisis El enfoque LEADER y los Grupos de Acción Local.
En su formulación original, LEADER es un instrumento para actuar sobre la sociedad. LEADER es, sobre todo, una política pública dirigida a mejorar la convivencia en las poblaciones y el clima social, aprovechar la creatividad de las personas y facilitar las relaciones entre las Administraciones públicas y los ciudadanos.
A continuación reproducimos las conclusiones de dicho análisis que puedes encontrar en el siguiente enlace.
Reflexiones finales ¿Tiene futuro el enfoque LEADER?:
La respuesta, con toda seguridad, es afirmativa. El enfoque LEADER, con ese nombre o como Desarrollo Local Participativo (DLCL) o con otro, va a continuar estando en los fondos europeos comunitarios. No tendría ningún sentido que cuando la sociedad demanda más participación en todos los aspectos de la vida política, renunciáramos a la experiencia conocida más ambiciosa de cooperación público-privada en el medio rural; que cuando la propia Comisión Europea promueve la cooperación en otras áreas de la programación, aquí retroceda. Ahora, que cada vez se implantan más formas de economía colaborativa, que la sociedad busca soluciones que no encuentra en la política tradicional, que la gente presta trabajo voluntario y se asocia espontáneamente al margen de las instituciones en las que no cree, que los ciudadanos no están cómodos ni con su condición de ciudadanos porque se sienten más súbditos que integrantes de una sociedad democrática, los poderes públicos harían mal en retroceder a las maneras autoritarias. El enfoque LEADER, entendido como un movimiento social democrático, de base territorial, para la cooperación en proyectos comunes que buscan mejorar la calidad de vida, mediante la implicación y el compromiso de las personas y sus asociaciones y las entidades públicas locales, por supuesto que tiene futuro, pero a cambio de profundizar de verdad y decididamente en sus principios, en su método. Si se quiere recuperar la filosofía original del enfoque LEADER, incluso extenderla más allá del medio rural y a otros fondos, hay que hacer cambios. La coexistencia del FEADER con cualquier otro fondo es muy difícil si no se reconocen las diferencias. La Comisión Europea tiene que abandonar sus dudas y excluir al enfoque LEADER de los sistemas homogéneos de gestión, control y pagos, y tiene para ello la mejor inspiración en sus propias propuestas; por ejemplo en las que está haciendo en los llamados “instrumentos financieros”, donde propone la exclusión de los bancos de los sistemas de control. En este sentido, la Comisión Europea tiene que decidir si confía más en la banca que en la sociedad.
Las autoridades nacionales de gestión, por su parte, deben darse cuenta de que no son tutores de sujetos incapaces. Deben renunciar a su actitud paternalista y delegar las funciones a los Grupos de Acción Local lealmente y sin reservas. Las definiciones que les competen sobre qué es zona rural y qué no es, sobre los tipos de zonas rurales y sobre las condiciones objetivas para acceder a los fondos, deben estar establecidas al máximo rango legal y antes de la concesión de las ayudas.
El primer objetivo de los Grupos de Acción Local en esta nueva etapa de programación debe ser abrir la participación a las poblaciones locales. Si todas las partes implicadas se ponen de acuerdo en los objetivos comunes del desarrollo, y no hay malos entendidos, el enfoque LEADER todavía tiene mucho que aportar, ya que, por unas cosas o por otras, nunca ha desplegado todo su potencial. Ya sea mediante un solo fondo o varios fondos (multifondo) debe encontrarse una fórmula que permita la coexistencia pacífica entre los “guardianes” de los fondos europeos comunitarios y la sociedad a la que supuestamente sirven.